Ya están aquí las fiestas de navidad. Los niños sólo piensan
en que no hay cole, en Papá Noel y en los reyes. Y los mayores piensan en los
preparativos de cenas y comidas, en las vacaciones, en las cartas a los reyes…
Un poco más estresante para muchos, aunque al final los peques acaban
contagiándote la alegría.
Y, cómo no, el fin de año. Esa noche donde ves que en tu
mesa falta gente importante, aunque sabes que están ahí de una forma u otra. Y
llega el momento de las uvas, donde nos felicitamos por un nuevo año y nos
hacemos nuevos planes, o volvemos a repetir los no cumplidos el año pasado.
Mi deseo es el de cada año, que el nuevo sea mucho mejor que
el anterior para todos. Y personalmente… pues no puedo pedir más. Sigo teniendo
a la mejor familia, que sigue creciendo
y a la que se ha unido una pequeña familia más que ya se ha convertido en la
mía; he recuperado mi mejor yo, tengo a mi lado a una persona maravillosa a la
que no puedo querer más, tengo dos nuevas niñas a las que adoro, mis niños
siguen creciendo sanos, aunque no los tenga todo lo que quisiera; sigo con
trabajo…
Ya dije el año pasado que después de un 2013 para olvidar y
un 2014 de cambios venía un 2015 de estabilidad. Pues así ha sido, y he
recibido muchísimo más de lo que hubiera soñado. Ahora espero que este 2016 sea
una continuación y se vayan poco a poco algún que otro nubarrón que aún queda.
Pues lo dicho, os deseo a todos que el 2016 sea, como
mínimo, mucho mejor que el 2015.
¡FELICES FIESTAS!
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