No creas que porque ya no estés aquí no iba a felicitarte
hoy. Como cada año te diré felicidades, con la diferencia de que ya no puedo
llamarte ni deseártelo en persona.
Ya no puedo ponerte cava, ni escuchar tus ruegos para que te ponga más. Me tendré que conformar con un brindis silenciado por
las lágrimas.
Aunque estoy seguro que te deben haber hecho una fiesta sorpresa
allí donde estés, y que estarás a nuestro lado cuando brindemos hoy por ti.
Y es que aún te añoramos todos. Algunos lo hacemos cada día,
y es normal que días como hoy nos vengamos un poco abajo.
Felicidades papi.
Te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario