viernes, 28 de septiembre de 2018

Torre des Verger






 En la carretera de Banyalbufar a Estellencs se encuentra esta atalaya del año 1579. También llamada "Mirador de ses Ànimes" es famosa por ser la única torre de vigilancia que hacía señales de fuego y de humo, dependiendo si era de noche o de día, avisando de la llegada de naves a las torres de Valldemossa, Deià y puerto de Soller.

         Hoy en día es un lugar especial con unas vistas increíbles.



El Café de Cala Gamba





 Sí, lo confieso, me encanta comer fuera. Pero, si además le sumamos el espectáculo de Agustín "El Casta", pues me encanta mucho más.
Lo pagas junto, cena y espectáculo (o sólo cena o sólo espectáculo), pero nosotros lo hicimos así. Te dan hora para cenar en el restaurante La Cantina, con tiempo suficiente para que termines antes de la hora de la función. Incluso se te hace corto porque la verdad es que disfruté de la comida que sirvieron, además de la simpatía del servicio.










Y una vez llega la hora te diriges al club donde también te han reservado sitio para ver a este humorista monologuista mallorquín, aunque nacido en Guadix pero llegado a la isla a los cinco meses. Y qué decir... a mí me encanta.




Il Forno a Legna






Como ya sabéis, me encanta comer en restaurantes (es una pena que el bolsillo me lo impida). Pues en el Secar de la Real se encuentra un restaurante que, tanto a mí como a mi familia, nos encanta: Il Forno a Legna. Un restaurante de comida italiana donde, entre otros platos buenísimos, hacen una pizza casera espectacular. Sin duda vale la pena hacerle una visita.

Cala Esmeralda






 Una de las cinco calas que componen el resort turístico de Cala D'Or es Cala Esmeralda. A 14 kilómetros de Portocolom se encuentra esta playa que recibe su nombre por la tonalidad azul-verdosa que adquiere el mar.

Playa de arena rodeada de rocas con un agua espectacular pero normalmente llena de gente. Mi experiencia fue para recordar: playa llena, día de olas y un personaje gritando que vendía melón de manera tanto original como graciosa.

Piscina de Cala Blava






 También en Llucmajor, en Cala Blava, hay una piscina que lleva su nombre. Piscina con agua salada, he de reconocer que es un sitio que me trae muy buenos recuerdos, pues la visito desde que era joven. Recuerdo que antiguamente tenía un trampolín, que tenía una altura considerable, desde donde nos tirábamos incluso haciendo los burros. Más de un planchazo debe guardarse en su memoria.

Por supuesto dispone de restaurante, donde se come muy bien y disfrutarlo tiene la ventaja de que no pagas la entrada a la piscina (bueno, en el precio ya te la cobran, aunque vale la pena).

Cala del Delta






 En la costa de Llucmajor, próxima a Maioris y cerca del hotel Delta, se encuentra esta cala de rocas que me encantó. Con una pequeña "piscina" natural, una zona muy resbaladiza donde el agua te llega por los tobillos y un agua espectacular para bucear. Incluso llegan allí escuelas de buceo para disfrutar de sus profundidades.
Además es un lujo ver la puesta de sol desde esas piedras que dan la sensación de estar en unas ruinas de algo que fue, en un tiempo, espectacular.

Calo de Ses Llisses






 Pasado Paguera se encuentra la población de Cala Fornells, y justo antes de la playa de Cala Fornells se encuentra una pequeña playita rodeada de pinos llamada Caló de Ses Llisses. Con agua bastante limpia si no hay mucha gente, poca arena y mucha piedra pero con la maravillosa sombra que te proporcionan los pinos.
A destacar la tranquilidad si no hay mucha gente, pues suelen ir parejas o grupos de amigos buscando eso, el silencio.










Y es curiosa la pared que hay a la izquierda que  pareciera que esté hecha a láminas de roca blanca donde se asientan algunas casas con una vista privilegiada

Playa de Son Matias






 Al final de Palmanova se encuentra Son Matias, con la playa junto al hotel del mismo nombre. Es la misma playa de Palmanova pero tal vez con menos gente. Hay un pequeño parking no muy lejos que siempre está lleno, aunque con un poco de tiempo y paciencia, siempre hay alguien que se irá y así poder aparcar.
Es bastante amplia y no tendrás problema en encontrar sitio para la sombrilla. También hay, como no, posibilidad de alquilar el típico velomar.

Biniagual






 A unos 4 kilómetros de Binissalem se encuentra un pueblecito de unas 15 casas y 20 habitantes. Un pueblo que estaba en ruinas hasta que, a mediados de los años sesenta lo compró el alemán Klaus Graf.
Allí se encuentra un oratorio de 1737 dedicado a la Inmaculada Concepción, lo único que no pertenece a Klaus.
Hoy en día es uno de los pueblos con encanto donde se vuelve a cultivar la vid con unas 34 hectáreas y 148000 cepas. Un sitio fresco donde se respira una increíble tranquilidad.

Playa de El Toro






En Port Adriano, además de hacer eventos interesantes y conciertos, se encuentra la playa de El Toro, una playa para ir en familia teniendo a los niños controlados en todo momento. Hay un parking en el que no sueles tener mucho problema para aparcar siempre que tengas un poco de paciencia. También hay duchas y baños.
Aunque a mí, personalmente, me gusta más una pequeña calita que hay pasado el club náutico. Es más tranquila, no hay arena y es mejor el snorkel aquí que en la anterior. Eso sí, no apta para niños.

Mesón Can Pedro





Una de las cosas que más me gusta es comer en restaurantes (supongo que como a la mayoría), y uno de ellos es el Mesón Can Pedro. Situado en Génova está este restaurante de toda la vida, desde 1976, donde comer platos típicos mallorquines, carnes o pescados y mariscos exquisitos. Sin duda una mezcla genial de servicio, lugar, local y comida buenísima.






Puig de Randa






 Otro lugar para disfrutar de vistas, paz y silencio es el Puig de Randa (palabra derivada del árabe, ar-Randa: laurel). En la carretera de Algaida a Llucmajor y a 548 metros de altura se encuentra este cerro desde donde puedes ver toda la isla y, si el tiempo lo permite, hasta Cabrera o incluso Ibiza.
Lugar fácilmente reconocible debido al singular depósito que se puede ver desde gran parte de la isla.
 Con una escultura de hierro muy curiosa donde están escritos todas las poblaciones de la isla en su base en orden alfabético. Perfecto si quieres dar una vuelta por todos los pueblos en un momento ;-)
Allí se encuentra, entre otros, el Santuari de Cura, del siglo XVI y lugar ideal antiguamente para el estudio y la oración donde se refugió Ramón Llull. Según parece, el origen del santuario es el altar mariano que Ramón Llull hizo construir en 1275. Desde entonces se sigue bendiciendo los campos mallorquines cada cuarto domingo de pascua.
Aquí puedes visitar un pequeño museo, comer en el restaurante o incluso alojarte en una de sus celdas. O llevarte la merienda y usar la zona de picnic con mesitas y taburetes de piedra, disfrutando de las vistas.

Ses Fonts Ufanes




Uno de los lugares que tienes que visitar, si tienes suerte, es Ses Fonts Ufanes en Campanet. Un fenómeno hidrológico muy especial que consiste en afloramientos intermitentes de agua que brotan del suelo cuando llueve mucho en el Puig Tomir y alrededores.

 Si consigues dejar bien aparcado el coche debido a la gran cantidad de gente que acude al espectáculo, enseguida podrás disfrutar del sonido del agua que pasa por debajo del puente que te da la bienvenida.
 Después de una pequeña excursión llegas a la zona cero, donde alucinarás viendo con qué fuerza sale agua de ninguna parte y de cualquier sitio a la vez. Allí podrás merendar mientras disfrutas del espectáculo.
 Tanto en el camino de ida como en el de vuelta caminarás junto al gran torrente de agua congelada y limpia semejante al un mini río salvaje. Teniendo en cuenta que en Mallorca no hay ríos, siempre nos gusta ver bajar los torrentes llenos de agua.
También hay una antigua choza que usaban los carboneros cuando recogían leña y hacían carbón y que construían con materiales de la zona.