¿Que por qué te quiero? Son tantas las razones que no podría
dar sólo un motivo. Quizás sea por tu manera de mirarme o por tu manera de
tocarme. Tal vez sea por tu manera de hablarme o por tu forma de tratarme. Por
tu manera de mimarme o por tu manera de abrazarme.
Por cómo me coges de la mano o por cómo me buscas incluso dormida. Por cómo te
gusta acurrucarte o por cómo me besas. Por cómo me rozas o por cómo me
acaricias.
Es posible que simplemente sea por lo que consigues hacerme
sentir cuando estoy contigo o incluso cuando no lo estoy, pues no dejo de pensar
en ti.
Y es que me sigo quedando embobado mirándote. Me encanta observarte
cuando caminas, cuando comes y cuando duermes; cuando te maquillas, cuando te
vistes y cuando te desnudas. Me encanta tu sonrisa, tu olor y la pasión que
pones en lo que quieres. Me gustan tus ojos color esmeralda, tu pelo con
reflejos de pureza, tu nariz con su piercing, tu boca que me llama, tu cuello
que me incita, tu cuerpo y cada una de tus pecas. Me vuelve loco cada milímetro
de tu piel, cada kilómetro de tu alma y cada tonelada de tu corazón.
Por todo esto y por más es por lo que te quiero tanto.