16/12/23
Ser padre es algo increíble, es descubrir otra forma de amar. No importa lo que te pase, sentir un beso o un abrazo de un hijo es teletransportarse al mundo de la felicidad. Todos sabemos lo maravilloso que es ser padre, pero también tiene su lado oscuro y de eso quería hablar.
Nadie te dice que te vas a pasar muuuuchos años sin volver a dormir bien por la noche, de pequeños porque lloran y de mayores porque empiezan a salir.
Nadie te dice que se acabó el ahorrar, que los gastos se modifican de cuando son bebés a cuando son mayores pero no disminuyen, al contrario.
Es verdad que sí se dice que a niños pequeños problemas pequeños y a niños grandes problemas grandes, pero nadie lo toma en serio hasta que llegan.
Todo crece, tanto los hijos como el sentirse orgulloso de ellos, pero también las decepciones. Y es que hay veces que da igual lo que estés preparado para algo pues ese algo llegará cuando menos te lo esperes y derrumbará ese muro que tanto esfuerzo te ha costado levantar alrededor de tu corazón como si fuera de papel, haciendo heridas que se curan con el tiempo pero dejando cicatrices que quedarán de por vida.
Entonces te llegan las dudas de si has sido buen padre, porque no existe un manual de aprendizaje ni los niños vienen con un libro de instrucciones bajo el brazo. Cada persona es como es y por eso cada persona lo hace a su manera, supongo que lo mejor que puede. Ojalá se pudiera volver atrás y no repetir los errores cometidos, pero eso es imposible.
Al final de todo se sale, cueste lo que cueste y tarde lo que tarde. La suerte es que el tiempo es sabio y hace que los problemas se difuminen desde la distancia.
Aún así, después de todo esto, quiero acabar como he empezado:
SER PADRE ES ALGO INCREÍBLE.
