05/11/19
Alguna vez he hablado de lo orgulloso que estoy de mi familia y de lo que la quiero. Aún así hay veces que se agranda ese sentimiento.
La felicidad son momentos y lo difícil es que ese momento sea continuo y duradero. Pues yo lo he sido durante cada segundo de estos tres días enteros. Desde el viernes por la mañana cuando me levanté sabiendo que iba a hacer un viaje muy especial para mí con mi mujer, hasta el domingo por la noche que volví a acostarme en mi cama, he vivido intensamente un sentimiento de felicidad.
Y es que, después de 18 años, regresar al pueblo de mis padres donde tantas cosas he vivido desde niño, reencontrarme con gente a la que no veía durante todo este tiempo y que te reciban de esa manera es... no sé, no encuentro un adjetivo a la altura de lo que he sentido.
Nos recibisteis con enorme cariño demostrando que la distancia enfría pero la cercanía es capaz de reavivar un fuego que nunca ha llegado a apagarse.
Y hoy puedo volver a decir que tengo una familia increíble de la que estoy tremendamente orgulloso.
Gracias, gracias y mil veces gracias.
Os quiero un montón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario