domingo, 4 de diciembre de 2016

Felicitación silenciosa



Ya es 4 de diciembre otra vez. Y como cada año vuelve este día agridulce en el que tu cumpleaños tiene un sabor salado.

¿Creías que no me iba a acordar?

Da igual si en la cabeza tengo otras cosas. Da igual si estoy viviendo en una nube. Da igual lo que esté pasando. Este día siempre será especial, al igual que antes. Lo único que cambia es el motivo de las lágrimas, pues desde hace 3 años ya no son de alegría sino de profunda tristeza.

Sé que allí donde te encuentres estás contento de ver cómo nos está tratando la vida, de vernos a todos felices y que estás orgulloso de tus hijos, que siguen manteniendo intactos los valores con los que nos educasteis desde pequeños. Pero nos tendrás que perdonar, pues mucha gente hoy estará como yo, ausente, cabizbajo y con una sombra en la mirada de tristeza y melancolía.

Con el paso del tiempo se van disminuyendo poco a poco los días de añoranza. Por suerte ya hay algún día al año que no lo pienso. Pero si aún sigo sin poder hablar de ti sin que me duela el alma, o llorar como ahora mismo... imagínate lo que siento hoy.

Lo siento pero ya no puedo seguir escribiendo.

Muchísimas felicidades papi.

Te quiero.







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