miércoles, 16 de marzo de 2016

Te quiero porque eres mía.




No eres nada. No vales nada. Te pintas y te vistes como una puta. Esa falda es muy corta. Vas provocando. Me dejas en evidencia. ¿Por qué miras a ese hombre? La comida está sosa, no vales ni para cocinar. Tienes la casa como una leonera. No se te ocurra volver a contestarme. Lo hago por tu bien. No me obligues a volver a pegarte.

Lo que hasta hace poco era algo normal, lo llaman ahora “violencia de género”. Que un hombre discrimine a una mujer, que la someta, que la insulte… es algo inadmisible. Por regla general, creo que una persona se comporta según le han educado desde pequeño, y aprende de lo que ha visto y sentido en su casa. Lo que hoy es maltrato psicológico era antes “lo normal”.

Y es que me ruborizo cuando sale por los informativos que un hombre a matado a su pareja, y me asombro más cuando veo que no había denuncia, que la gente lo sabía y no hacía nada o peor aún cuando veo que esa persona ya ha sido detenida y tiene una orden de alejamiento que no ha servido de nada. O cuando veo que cada vez empiezan más jóvenes, que un adolescente se sienta con el poder de revisar el móvil a la chica con la que sale, que le controle lo que hace y cuándo lo hace. Uffff.

Hay muchos tipos de maltrato y no depende de géneros. Poco a poco va desapareciendo eso de que si una mujer le da caña a un hombre él es un calzonazos, y si un hombre le da caña a una mujer él es un machote. Y digo poco a poco porque aún queda mucho camino por recorrer, muchas mentalidades que cambiar.

Nadie debe mirar hacia otro lado. Los maltratados deben denunciar sin miedo, pero para eso hay que poner solución: se deben endurecer las penas al maltratador, la justicia debe ser inmediata e implacable con esta gente.

No sirve el “me quiere a su manera”. No solamente debes querer a tu pareja, debes respetarla, debes completarla. Debes sumarla a ti, no restarla. Debes hacerla sentir la persona más especial del mundo. Y debes recibir lo mismo a cambio.


Un príncipe azul no usa su espada para hacerte daño sino para protegerte. Si no es así, no es tu príncipe azul.








No hay comentarios:

Publicar un comentario