lunes, 25 de enero de 2016

Tus paseos



El simple hecho de vestirse y salir a dar una vuelta se puede convertir en algo increíble. La verdad es que da igual a dónde se vaya si es con una buena compañía, pero si le sumas unos paisajes impresionantes, una temperatura ideal  y una buena comida, pues es un lujo.  Y es que hay rincones y lugares en esta isla que tienen encanto, que tienen magia.

Pero todas esas sensaciones se multiplican por miles cuando eres tú la que estás a mi lado. Y es que consigues que a las rocas más duras les salgan agujeros, que el sol sienta tanta envidia de tu brillo que llegue a ocultarse detrás de la niebla, o que el mar se quede tan embobado al mirarte que hasta se olvide de formar olas.

Un paseo contigo es conocer un paraíso sólo hecho para los dioses y me siento muy orgulloso de ser el único mortal al que permitas disfrutarlo.

Al final, cuando lo pienso, me doy cuenta de es igual el lugar. Yo me quedo con el momento.

El momento en el que me miras, me sonríes o me dices esas cosas que me dices.

El dónde… no me importa.



Te quiero







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